Los medicamentos contra el cáncer deben ser lo suficientemente agresivos para atacar células cancerosas, pero no tanto como para dañar los órganos del paciente.
El equipo liderado por el científico Nitash Balsara ha desarrollado una “esponja farmacológica”, un polímero absorbente que cubre un cilindro impreso en 3D, que encaja en una vena del órgano objeto de quimioterapia, y que allí aspira restos del fármaco no absorbido por el tumor, lo que evita que alcance y ataque otros órganos.
Los creadores aseguran que con estas esponjas se evitarían efectos secundarios de los agentes quimioterapéuticos tóxicos o incluso administrar dosis más altas para eliminar tumores.
En las primeras pruebas en cerdos, el polímero absorbió, en promedio, el 64% del fármaco doxorubicina contra el cáncer de hígado.
Dado que la esponja es un dispositivo temporal, hay menos requisitos para que la FDA la apruebe.
Se especula que en menos de un año este tipo de esponjas podrían aplicarse también a medicamentos como los antibióticos de alta potencia que son tóxicos para los riñones, pero necesarios para matar un patógeno.
Edición: Gustavo Enrique Bossio
Foto: news-medical.net